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miércoles, 25 de mayo de 2016

Encontrándome con mis Enemigos

Es sábado 21 de noviembre de 2015 y estoy recién aterrizada en Mendoza.  Es un  día precioso y estoy muy cansada de una noche sin dormir. Check in y relajarme un rato. Me duele todo! . Pero hay que aprovechar cada minuto de este viaje, ya habrá tiempo para descansar a la noche. Llamo a Casa El Enemigo. Me atiende Constanza Hartung que me invita a ir y toma mi reserva.



Hablo con mi nuevo remisero de cabecera Carlos quien 11.30 pasa a buscarme. Creia que era más cerca, no termino de incorporar las distancias en esta ciudad. Él me informa que son 27 km. Nos dirigimos al departamento de Maipu, en la Localidad de Cruz de Piedra.
Llegar a esta bucólica zona llamada Chachingo, o Republica de Chachingo como le gusta nombrarla al dueño de casa, implica recorrer un camino bordeado por gran cantidad de fincas y viñedos, grandes y pequeños, con nombre conocidos y otros no tanto. Pasamos por Tapiz, por Chandon, por Carinae y seguimos hasta pasarnos! Volvemos y allí está “Casa EL ENEMIGO”. 
Carlos me despide y me dice que lo llame cuando quiera volver a la ciudad.


El sol se está volviendo impiadoso, y el cielo totalmente despejado. Sera un gran día.
Comienzo a caminar por la finca, que me recibe silenciosa, brillante, plena  fuerza de naturaleza  del lugar,  se acercan algunos perros amistosos y al final de un camino me encuentro con Alejandro Vigil quien me recibe alegremente.


“Hola Alejandro, te sorprendí, llegue antes de lo que habíamos hablado”
“Luz!! No sabía que venias tan temprano”
“Solo vine a almorzar Ale, cometí un error al agendar Domaine St. Diego hoy, pero me esperan mañana, así que  desensille en el hotel y acá estoy."
"¿Igual nos vemos el lunes  en La Pirámide, no?"
"Claro, estaré todo el día recorriendo los viñedos de Catena Zapata y el Catena Institute con Luis Reginato y con vos si no surge ningún imprevisto."
Amable y atento a todo lo que lo rodea, observa el ir y venir de los jóvenes empleados que están armando todo para el almuerzo. Tener un restaurant dentro de su finca y en el jardín de su casa, lleva un trabajo arduo al momento del servicio.
Dispone que Gisela me acompañe a realizar una recorrida por el lugar, quien inmediatamente comienza a contarme la historia de la finca.


Me cuenta cómo al conocer el lugar Alejandro decidió en armar allí su casa,  la  bodega  “Aleanna” y su finca donde planto  malbec y cabernet franc entre otros cepajes, lo que incluye el trasplantado de cien plantas de más de cien años que iban a ser arrancadas de una finca conocida por él y que las pidió. El 97 %  resistió el trasplantado y una parte de ellas han conformado La Loma de Chachingo, donde se yerguen  cubiertas de la sabiduría que sus años les han dado.

Inspirado en sus vivencias familiares, especialmente en los recuerdos de su abuelo, en sus reciente recorridos por Jura, pudo hacer realidad un sueño largamente esperado junto a su esposa María y hoy  compartido con sus hijos Juan Cruz y Giuliana, este emprendimiento busca recuperar  las emociones y vivencias de su infancia en la casa de su abuelo en San Juan, en seguir reuniéndose en torno al vino con amigos  para disfrutar y compartir comidas y momentos irrepetibles. Acompañados por la comunidad de Chachingo, muchos de los productos que se usan en el lugar provienen de productores locales, como por ejemplo los quesos, con quienes están armando una fuerte red barrial.

Gisela me lleva a visitar una "gran" calicata en donde puede observarse  un corte de más de dos metros de profundidad que dan cuenta de una gran cantidad de piedra grande en la zona más profunda, piedra más chica sobre las grandes y una capa de más de 60 cm de arcilla, producto del paso del Rio Mendoza en algún momento de la historia del lugar y que actualmente pasa a 500 metros del lugar.


Comenta que cien metros más allá, hay una pequeña calicata dentro de una de las cavas que da cuenta de lo diferente de corte y del suelo, y por ende de los resultados posteriores en el perfil de los vinos.


Se incorpora una pareja de  visitantes brasileros al recorrido que continua con una explicación sobre la vinificación en piletas de concreto recubiertas con epoxi que se encuentran a la intemperie al igual que varios huevos de cemento de diferentes tamaños, la mayoría de los cuales están en la galería del restaurant bajo una hermosa pérgola de postes y cañas  que dejan atravesar parte del intenso sol del mediodía. El calor comienza a tomar protagonismo.

Recorremos los diversos salones del lugar, y disfrutamos del arte que acompaña casa espacio y los minuciosos detalles de diseño. Allí se organizan eventos y catas  al igual que, cuando el clima lo permite, en sus jardines.



Conocemos el emprendimiento de María Sance, la esposa de Alejandro,  de sabores y aromas seductores encerrados en pequeños frascos de conservas, y dulces orgánicos, todos realizados con productos absolutamente naturales. Su nombre es Gardenia. Su chutney de cerezas, del cual no quedaba para llevarme a casa, y su arrope de uva son deliciosos.


Luego nos lleva a la visión del Dante que Alejandro ha realizado entrando a la cava subterránea llamada “El Infierno” donde descansan apiladas en forma de pirámides separadas por terroirs v barricas de roble francés de segundo y tercer uso. 




En ese lugar se respira magia y misterio. Sus cuadros, candelabros y el gran libro que corona una mesa son un marco de película para unos vinos que invitan a soñar.



El recorrido por sus túneles, sobre sus pisos calcáreos con diseños diversos diseños, sus paredes de piedra, encierran y resguardan los vinos y muestran las entrañas de sus suelos en una calicata  abierta y protegida por un vidrio y tenuemente iluminada.




 Saliendo de allí, una pequeña y vieja planta de cabernet franc nos recibe en el pequeño patio interior, que como  guardián solitario nos da paso a subir las escaleras que nos llevaran a  nuestro lugar de almuerzo.




Tranquila y embelesada por el marco natural  que me rodea, me siento en pequeña mesa en la galería, entre plantas , barricas y huevos de cemento, desde la cual veo a unos diez metros, bajo un par de sombrillas la mesa de la familia de Alejandro y sus amigos, completando un cuadro de intimidad y disfrute de la vida.




Veo como descontracturados jóvenes van y vienen proveyendo a los comensales de todo lo que puedan necesitar para el almuerzo. Alejandro va y viene atento a todo, llevando en sus manos dips y canastas y macetas con panes y grisines artesanales. .
La camarera designada a mi mesa me pregunta  por cuál de las opciones de plato principal optare, me deja el menú y las opciones de selección de vinos. Antes de que pudiéramos  pensar juntas el maridaje, se acerca Constanza y le dice que deje las siete copas, ya que Alejandro me ha invitado para que prueba lo que yo llamo “La Saga de los Enemigos”. Feliz, me dispongo a disfrutar una comida que lo promete todo.

¿Y como estuvo ese almuerzo en cuatro pasas maridado por 7 Enemigos en un radiante y primaveral día de sol?
Ah eso se los cuento mañana. Ahora me voy a soñar un rato con la Republica de Chachingo, la cual extraño mucho.
Luz

CASA EL ENEMIGO

Videla Aranda 7008. Cruz de Piedra, Maipú.
Lunes a viernes. Horarios de visitas: 9.30, 11.30 y 15.30.
Sábados. 9.30 y 11.30.
Reservas: constanzah@enemigowines.com; facebook.com/casaElEnemigo

7 comentarios:

  1. Luz, bienvenidad al mundo bloguero! Linda nota, tengo pendiente la mía... Saludos!

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  2. Gracias Luz por sumarte y ayudarnos a enriquecer la comunicacion del apasionante mundo del vino. Muy buena descripcion de Casa el Enemigo, me relevaste el trabajo de escribir mi nota acerca de ella, no va a estar mejor que esta... Te auguro exitos y satisfacciones en nuestro camino bloguero. Besos

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  3. Gracias Luz por sumarte y ayudarnos a enriquecer la comunicacion del apasionante mundo del vino. Muy buena descripcion de Casa el Enemigo, me relevaste el trabajo de escribir mi nota acerca de ella, no va a estar mejor que esta... Te auguro exitos y satisfacciones en nuestro camino bloguero. Besos

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  4. Luz,
    muy linda nota. Casa el Enemigo es como un ensueño donde todo amante del vino se pierde en todo sentido.

    Abrazo y a seguir con el blog

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  5. GRacias a todos por sus comentarios. Volvi para quedarme

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  6. Cuando yo empecé a venir a Mendoza, mandarte muy lejos (o a 'Plumas Verdes') era "Lomas del Chachingo". Hasta que un día vi Chachingo en el cartel de un colectivo, y me emocioné...como me emociono cada vez que voy a Casa El Enemigo/hoy Casa Vigil...o al lado, a lo del Colo, Jeff y donde trabaja Gonza Tamagnini. Lo único que te recomiendo que en la dirección pongas CHACHINGO, porque Cruz de Piedra es un lugar vecino...pero otro lugar, por lo menos 6 kilómetros hacia el Oeste por la misma calle Videla Aranda.

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