Es sábado 21 de noviembre de 2015 y
estoy recién aterrizada en Mendoza. Es
un día precioso y estoy muy cansada de
una noche sin dormir. Check in y relajarme un rato. Me duele todo! . Pero hay
que aprovechar cada minuto de este viaje, ya habrá tiempo para descansar a la
noche. Llamo a Casa El Enemigo. Me atiende Constanza Hartung que me invita a ir
y toma mi reserva.
Hablo con mi nuevo remisero de
cabecera Carlos quien 11.30 pasa a buscarme. Creia que era más cerca, no
termino de incorporar las distancias en esta ciudad. Él me informa que son 27 km.
Nos dirigimos al departamento de Maipu, en la Localidad de Cruz de Piedra.
Llegar a esta bucólica zona llamada
Chachingo, o Republica de Chachingo como le gusta nombrarla al dueño de casa,
implica recorrer un camino bordeado por gran cantidad de fincas y viñedos, grandes
y pequeños, con nombre conocidos y otros no tanto. Pasamos por Tapiz, por Chandon,
por Carinae y seguimos hasta pasarnos! Volvemos y allí está “Casa EL ENEMIGO”.
Carlos me despide y me dice que lo llame cuando quiera volver a la ciudad.
El sol se está volviendo impiadoso,
y el cielo totalmente despejado. Sera un gran día.
Comienzo a caminar por la finca, que
me recibe silenciosa, brillante, plena fuerza de naturaleza del lugar,
se acercan algunos perros amistosos y al final de un camino me encuentro
con Alejandro Vigil quien me recibe alegremente.
“Hola Alejandro, te sorprendí,
llegue antes de lo que habíamos hablado”
“Luz!! No sabía que venias tan
temprano”
“Solo vine a almorzar Ale, cometí un
error al agendar Domaine St. Diego hoy, pero me esperan mañana, así que desensille en el hotel y acá estoy."
"¿Igual nos vemos el lunes en La Pirámide, no?"
"Claro, estaré todo el día recorriendo los viñedos de Catena Zapata y el Catena Institute con Luis Reginato y con vos si no surge ningún imprevisto."
"Claro, estaré todo el día recorriendo los viñedos de Catena Zapata y el Catena Institute con Luis Reginato y con vos si no surge ningún imprevisto."
Amable y atento a todo lo que lo rodea,
observa el ir y venir de los jóvenes empleados que están armando todo para el
almuerzo. Tener un restaurant dentro de su finca y en el jardín de su casa,
lleva un trabajo arduo al momento del servicio.
Dispone que Gisela me acompañe a
realizar una recorrida por el lugar, quien inmediatamente comienza a contarme
la historia de la finca.
Me cuenta cómo al conocer el lugar Alejandro
decidió en armar allí su casa, la bodega “Aleanna”
y su finca donde planto malbec y
cabernet franc entre otros cepajes, lo que incluye el trasplantado de cien plantas
de más de cien años que iban a ser arrancadas de una finca conocida por él y
que las pidió. El 97 % resistió el trasplantado
y una parte de ellas han conformado La Loma de Chachingo, donde se yerguen cubiertas de la sabiduría que sus años les han
dado.
Inspirado en sus vivencias familiares,
especialmente en los recuerdos de su abuelo, en sus reciente recorridos por
Jura, pudo hacer realidad un sueño largamente esperado junto a su esposa María
y hoy compartido con sus hijos Juan Cruz
y Giuliana, este emprendimiento busca recuperar las emociones y vivencias de su infancia en la
casa de su abuelo en San Juan, en seguir reuniéndose en torno al vino con
amigos para disfrutar y compartir
comidas y momentos irrepetibles. Acompañados por la comunidad de Chachingo,
muchos de los productos que se usan en el lugar provienen de productores
locales, como por ejemplo los quesos, con quienes están armando una fuerte red
barrial.
Gisela me lleva a visitar una "gran" calicata en donde puede
observarse un corte de más de dos metros
de profundidad que dan cuenta de una gran cantidad de piedra grande en la zona más
profunda, piedra más chica sobre las grandes y una capa de más de 60 cm de
arcilla, producto del paso del Rio Mendoza en algún momento de la historia del
lugar y que actualmente pasa a 500 metros del lugar.
Comenta que cien metros más allá, hay
una pequeña calicata dentro de una de las cavas que da cuenta de lo diferente
de corte y del suelo, y por ende de los resultados posteriores en el perfil de
los vinos.
Se incorpora una pareja de visitantes brasileros al recorrido que
continua con una explicación sobre la vinificación en piletas de concreto
recubiertas con epoxi que se encuentran a la intemperie al igual que varios
huevos de cemento de diferentes tamaños, la mayoría de los cuales están en la
galería del restaurant bajo una hermosa pérgola de postes y cañas que dejan atravesar parte del intenso sol del
mediodía. El calor comienza a tomar protagonismo.
Recorremos los diversos salones del lugar, y disfrutamos del arte que acompaña casa espacio y los minuciosos detalles de diseño. Allí se organizan eventos y catas al igual que, cuando el clima lo permite, en sus jardines.
Conocemos el emprendimiento de María Sance, la esposa de Alejandro, de sabores y aromas seductores encerrados en pequeños frascos de conservas, y dulces orgánicos, todos realizados con productos absolutamente naturales. Su nombre es Gardenia. Su chutney de cerezas, del cual no quedaba para llevarme a casa, y su arrope de uva son deliciosos.
Luego nos lleva a la visión del
Dante que Alejandro ha realizado entrando a la cava subterránea llamada “El
Infierno” donde descansan apiladas en forma de pirámides separadas por
terroirs v barricas de roble francés de segundo y tercer uso.
En ese lugar se respira magia y misterio. Sus cuadros, candelabros y el gran libro que corona una mesa son un marco de película para unos vinos que invitan a soñar.
El recorrido por sus túneles, sobre
sus pisos calcáreos con diseños diversos diseños, sus paredes de piedra,
encierran y resguardan los vinos y muestran las entrañas de sus suelos en una
calicata abierta y protegida por un
vidrio y tenuemente iluminada.
Saliendo de allí, una pequeña y vieja planta
de cabernet franc nos recibe en el pequeño patio interior, que como guardián solitario nos da paso a subir las
escaleras que nos llevaran a nuestro lugar
de almuerzo.
Veo como descontracturados jóvenes van
y vienen proveyendo a los comensales de todo lo que puedan necesitar para el
almuerzo. Alejandro va y viene atento a todo, llevando en sus manos dips y
canastas y macetas con panes y grisines artesanales. .
La camarera designada a mi mesa me
pregunta por cuál de las opciones de
plato principal optare, me deja el menú y las opciones de selección de vinos.
Antes de que pudiéramos pensar juntas el
maridaje, se acerca Constanza y le dice que deje las siete copas, ya que Alejandro
me ha invitado para que prueba lo que yo llamo “La Saga de los Enemigos”. Feliz,
me dispongo a disfrutar una comida que lo promete todo.
¿Y como estuvo ese almuerzo en cuatro
pasas maridado por 7 Enemigos en un radiante y primaveral día de sol?
Ah eso se los cuento mañana. Ahora
me voy a soñar un rato con la Republica de Chachingo, la cual extraño mucho.
Luz
Luz
CASA EL ENEMIGO
Videla Aranda 7008. Cruz de
Piedra, Maipú.
Lunes a viernes. Horarios de visitas: 9.30, 11.30 y 15.30.
Sábados. 9.30 y 11.30.
Reservas: constanzah@enemigowines.com; facebook.com/casaElEnemigo
Lunes a viernes. Horarios de visitas: 9.30, 11.30 y 15.30.
Sábados. 9.30 y 11.30.
Reservas: constanzah@enemigowines.com; facebook.com/casaElEnemigo
Luz, bienvenidad al mundo bloguero! Linda nota, tengo pendiente la mía... Saludos!
ResponderEliminarGracias Luz por sumarte y ayudarnos a enriquecer la comunicacion del apasionante mundo del vino. Muy buena descripcion de Casa el Enemigo, me relevaste el trabajo de escribir mi nota acerca de ella, no va a estar mejor que esta... Te auguro exitos y satisfacciones en nuestro camino bloguero. Besos
ResponderEliminarGracias Luz por sumarte y ayudarnos a enriquecer la comunicacion del apasionante mundo del vino. Muy buena descripcion de Casa el Enemigo, me relevaste el trabajo de escribir mi nota acerca de ella, no va a estar mejor que esta... Te auguro exitos y satisfacciones en nuestro camino bloguero. Besos
ResponderEliminarQue buen comienzo Luz! Exitos....
ResponderEliminarLuz,
ResponderEliminarmuy linda nota. Casa el Enemigo es como un ensueño donde todo amante del vino se pierde en todo sentido.
Abrazo y a seguir con el blog
GRacias a todos por sus comentarios. Volvi para quedarme
ResponderEliminarCuando yo empecé a venir a Mendoza, mandarte muy lejos (o a 'Plumas Verdes') era "Lomas del Chachingo". Hasta que un día vi Chachingo en el cartel de un colectivo, y me emocioné...como me emociono cada vez que voy a Casa El Enemigo/hoy Casa Vigil...o al lado, a lo del Colo, Jeff y donde trabaja Gonza Tamagnini. Lo único que te recomiendo que en la dirección pongas CHACHINGO, porque Cruz de Piedra es un lugar vecino...pero otro lugar, por lo menos 6 kilómetros hacia el Oeste por la misma calle Videla Aranda.
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